OBJETIVO
El objetivo de esta política es describir las directrices observadas por la auditoría
interna durante el desarrollo de su trabajo, teniendo en cuenta los estándares de
conducta esperados, las particularidades del negocio y el enfoque en la seguridad y
fiabilidad de la información y, sobre todo, la mitigación de los eventuales riesgos.
Estos criterios también están cubiertos por normas y procedimientos específicos, que
se publican y están a disposición de toda la organización.
PRINCIPIOS
Integridad y ética: Los auditores deben tener integridad y ética para garantizar la
confiabilidad y confidencialidad de sus juicios y trabajos.
Objetividad e independencia: Los auditores no deben verse influidos por sus propios
intereses o los de terceros a la hora de emitir juicios y sus informes deben ser
imparciales.
Confidencialidad: Los auditores deben respetar la propiedad de la información y no
divulgarla sin la debida autorización.
Competencia: Los auditores deben poseer y aplicar los conocimientos, aptitudes y
experiencia necesarios para desempeñar la función de auditoría interna.
Diligencia: Los auditores deben asegurarse de que su comportamiento profesional es el
adecuado, evitando cualquier conducta que pueda desacreditar su trabajo.
Escepticismo profesional: La capacidad del auditor para identificar y responder a las
condiciones que puedan indicar una posible distorsión.
Juicio, ponderación y agilidad: El auditor debe ser ágil en la realización de su
trabajo y sus juicios deben ser prudentes, además de estar directamente relacionados
con la aplicación de los conocimientos, habilidades y experiencia del equipo
auditor.
Gestión y competencias del equipo: Los miembros del equipo de auditoría deben poseer
colectivamente los conocimientos, habilidades y competencias necesarios para llevar
a cabo el trabajo. Esto incluye la comprensión y la experiencia práctica del tipo de
auditoría que se está llevando a cabo, la familiaridad con las normas y la
legislación aplicables, la comprensión de las operaciones de la empresa y la
capacidad y experiencia para ejercer el juicio profesional.
Los auditores deben mantener su competencia profesional a través del desarrollo
profesional continuo.
Documentación: La documentación de la auditoría debe incluir una estrategia y un
plan. Debe registrar los procedimientos realizados, las pruebas obtenidas y
respaldar la comunicación de los resultados de la auditoría. La documentación debe
ser lo suficientemente detallada como para permitir a la alta dirección, sin ningún
conocimiento previo, comprender la naturaleza, el momento, el alcance y los
resultados de los procedimientos realizados, las pruebas obtenidas para respaldar
las conclusiones y recomendaciones de la auditoría, el razonamiento de todas las
cuestiones relevantes que requirieron el ejercicio del juicio profesional y las
conclusiones respectivas.
Comunicación: Es esencial que el sector auditado se mantenga informado de todas las
cuestiones relacionadas con el trabajo. Esta es la clave para propiciar una relación
de trabajo constructiva. La comunicación debe incluir la obtención de información
relevante para la auditoría y la puesta a disposición de la dirección de las
observaciones y conclusiones de la auditoría en el momento oportuno.
Relaciones: El auditor debe relacionarse de forma amistosa y respetuosa con todos los
sectores, con el objetivo de contribuir al clima positivo de la empresa.
Humildad: El auditor debe asumir sus responsabilidades sin arrogancia, prepotencia ni
soberbia.